USOS Y COSTUMBRES
por Barbara
Schaffer
En esta revista hemos escrito mucho sobre los pueblos de la costa: las costumbres, música, comida, y artesanía. Pero
hemos pasado por alto algo que es igual de interesante, algo que no se puede fotografiar, visitar, experimentar o comprar -
aunque ha atraído la atención del mundo exterior. Hablo de la autonomía poco usual que se disfrutan los 570
municipios oaxaqueños.
Aunque México, con un gobierno federal y 32 estados, más el DF, está repleto de los laberintos
contrincantes de las burocracias, el municipio es la base del gobierno local. Es al municipio que llegan los apoyos de Hacienda
para los servicios de la comunidad. Los maestros reciben su sueldo del gobierno del estado y siguen un curriculum nacional, pero son
los municipios que construyen las escuelas. Las obras públicas, el agua, el mercado, las casas de salud, la policía -
son algunas de las responsabilidades de los gobiernos municipales.
Los antecedentes del sistema municipal se encuentran en el México prehispánico, pero el ayuntamiento también fue
integral al régimen colonial. La Constitución de 1917 destaca el “Municipio Libre” como una división
territorial con ciertas responsabilidades administrativas fundamentales. México tiene 2,435 municipios; más de 1/5 de
ellos están en el estado de Oaxaca.
Es discutible si es bueno o no que Oaxaca (pob. 3.6 millones) tenga tantos municipios pequeños en un país donde suelen
ser grandes. El estado de Baja California (pob. 2.8 millones) sólo tiene cinco. Pero hay una cosa cierta, y es que los
oaxaqueños están más cerca de sus gobiernos locales que la mayoría de los mexicanos.
San Pedro Amuzgos
En el año 1995, el congreso del estado de Oaxaca aprobó una reforma electoral que otorgó a los usos y costumbres
en el nombramiento de concejales en municipios indígenas. Antes, los candidatos para presidente municipal, recaudador de
impuestos, y otros oficiales se postularon como representantes de un partido político, y las elecciones fueron, por lo menos
en teoría, por voto secreto. La realidad fue que el PRI dominaba la gran mayoría de los municipios y en muchos casos
sin voto formal. La nueva ley permitió que decidiera cada municipio si querían elegir sus oficiales por los usos
y costumbres de la comunidad o por sistema de partidos. Santa María Colotepec eligió los usos y costumbres, y San Pedro
Mixtepec elecciones de partidos.
La Historia
El reclamo para la autonomía política fue una de las demandas de los movimientos indígenas desde los años
de la década de los 60s. Y por un lado la nueva ley fue una respuesta al reclamo del reconocimiento formal a las normas
consuetudinarias. Pero no sólo fue para proteger los derechos de los indígenas que los gobernadores de PRI, Heladio
Ramírez López (1986-1992) y Diodoro Carrasco Altamiro (1992-1998) hicieron aprobar la medida. Desde 1980, el PRI fue
perdiendo elecciones municipales y al apoyar la democracia directa fue una manera de parar las pérdidas. Fue mejor no
tener una conexión oficial del PRI con los gobiernos municipales que exista la posibilidad que el PRD o PAN ganara otra
elección.
La mayoría de las 418 municipios que eligieron el sistema de usos y costumbres habían sido fortalezas del PRI. Los 152
que optaron por el sistema de partidos solían tener una historia de elecciones multipartidarias.
Usos y Costumbres
El modelo básico (con muchas variaciones posibles) empieza con la selección de los candidatos por el Consejo de
Ancianos del municipio. Los ancianos, casi siempre hombres, han llegado a este oficio por haber desempeñado todos los cargos
(servicios) de la comunidad, de ser topil hasta haber realizado una mayordomía.
Palacio municipal, Jamiltepec
Los ancianos presentan la lista a la asamblea general para el voto. Cada municipio tiene el derecho decidir, según sus
tradiciones, quienes pueden participar en la asamblea general comunal. En la mayoría de los casos, todos los adultos nacidos
en el pueblo tienen el derecho de votar, pero no es la experiencia universal.
En algunos municipios, solamente las personas que viven en la cabecera pueden votar, en otros son excluidos los no católicos,
y en 80 de los 418 municipios (casi 20%) no se permiten que voten las mujeres - y en algunos casos las mujeres no participan sin
existir la prohibición.
Aunque puede chocar con nuestros conceptos de la democracia liberal, el sistema electoral de usos y costumbres implica el
reconocimiento de otras modalidades de participación política, modalidades que respetan las tradiciones de los
pueblos indígenas. Así es que donde la meta es llegar a un consenso el voto puede ser por aclamación, conteo por
filas, o por pintar una raya en un pizarrón.
San Pedro Amuzgos
¿Funciona el sistema? No siempre, como se puede ver por el número elevado de elecciones impugnadas. Pero pocos o
ningunos de los municipios que eligieron los usos y costumbres en 1995 han votado para cambiar al sistema de partidos y de voto
secreto.
Santa
María Colotepec
La situación es distinta en Colotepec donde las tradiciones han cambiado mucho en los últimos años. Aquí
la asamblea general incluye todos los residentes que tienen una credencial federal electoral, incluso nuevos ciudadanos. No hay
consejo de ancianos, y cualquier persona puede presentarse como candidato. Desde el 2000, el voto es con la urna. En este
caso, usos y costumbres significan que todos tienen que reunirse en la cabecera de Colotepec para formar una asamblea y para meter la
boleta en la urna. Por supuesto, los candidatos no pueden presentarse como representantes de un partido.